Los chinos inventaron hace muchísimos años la tortura china, que consistía en una gota de agua fría que caía sobre la frente cada 5 segundos. Pero los suecos en los últimos años lo han perfeccionado de una manera digamos maquiavélica, no sólo te torturan sino que encima te sacan la pasta.
Ir sólo al Ikea, cosa que nunca he hecho y es raro de ver, debe ser una tortura, pero creo que por lo menos es más introspectiva. Me imagino que te cabrearás, pero será contigo mismo y con el que diseño el laberinto del Ikea. Me lo veo al tío dibujándolo con una sonrisa sardónica, y diciéndose para si, y ahora cuando vayan por aquí y se piensen que estén casi saliendo, los meto otra vez por aquí y que se jodan/sufran un poquito más. Ayer mientras estaba en la mitad del Ikea (eso creo porque perdí la noción del espacio, que no del tiempo porque se me estaba haciendo eterno), vi a una mujer suplicar a una dependienta donde estaba la salida, os lo prometo. Es imposible que en una planta quepan tantas cosas, estoy seguro de que hay truco.
Ir en pareja al Ikea, es ya dar una vuelta de tuerca a la tortura para que sea más dolorosa, como si la gota china en vez de cada 5 segundos sea cada 3. Ahí el cabreo es con tu pareja, el diseñador cabrón del Ikea pasa a segundo plano mientras estás enzarzado con tu pareja en disputas de si eso queda bien o es una mierda, de si "para que quieres eso si es una tontería", de si "para que vamos a comprar algo si ya tenemos algo parecido", dicen que si sales del Ikea sin cabrearte te dan un premio, pero yo creo que es una leyenda urbana, nadie lo ha conseguido. La única posibilidad es que estés en la fase inicial de tu relación, y te parezca una princesita hasta cuando se tira un pedo.
Y para que hablar de la experiencia de ir al Ikea con críos pequeños, eso es ya casi una experiencia religiosa. Es un tipo de tortura que yo creo que te dan la pistola y te suicidas antes de que comienza la tortura, para que sufrir de gratis?. Eso si, yo doy fe de que los muebles del Ikea están hechos a prueba de niños, ayer mis hijos los tocaron todos. Así que a ritmo de "dejar de tocarlo todo ya de una vez!", "dejar de pelearos ya, que estáis dando el espectáculo!", y el clásico "queréis estar quietos ya!", te vas enervando buscando la salida como quien busca un water cuando está con retortijones y ya no puede más. Al final los castigos "imaginarios" se evaporan cual colonia barata, pero por lo menos sirven para anestesiar el momento y conseguir avanzar hasta el siguiente potro de tortura, digo de sección. Y siempre queda el consuelo de ver algún niño más troglodita que el tuyo, corriendo como un energúmeno por los pasillos con un carrito. Y para acabar de pasar el mal trago, como cuando de pequeño te comías lo que no te gustaba acompañado de pan, dices "la próxima vez que vengamos al Ikea venimos sin niños!", es mentira porque volverás a caer en la trampa, pero te da una absurda paz interior por unos instantes.
En verdad, el Ikea tiene muchas similitudes con la maratón, la "tortura"griega. Comienzas los primeros km's, la primera sección con ganas y con curiosidad por todo lo que te rodea. El tiempo y la distancia van pasando rápidamente ante la novedad. Pasado el ecuador te entra una pequeña euforia pensando que ya esto ya está hecho, que en nada estarás entrando en la meta, saliendo por caja para disfrutar tu frankfurt por menos de un euro. Pero después poco a poco todo se va ralentizando, poco a poco ya no te hace tanta gracia ir corriendo, ir viendo cosas. Hasta que se te van acabando las fuerzas, y llegas al temido muro, allí tu mente sólo piensa en acabar la carrera, en salir por la puta puerta del Ikea. Ya todo te molesta, te da igual la gloria de cruzar la meta, te dan igual los putos muebles, si combinan con algo o son una mierda y la pasta que te vas a dejar, sólo te visualizas entrando en meta con los brazos en alto, saliendo por la puta puerta del Ikea y comiéndote una mierda de salchicha que mejor no saber de que está echa.
Y al final de toda esta tortura, normalmente sólo compras gilipolleces, te dejas una pasta en ellas, y SIEMPRE te has dejado algo por comprar o has de devolver algo y toca volver. Si, por si alguien lo dudaba, me toca volver. Mientras, estoy esperando para ver cuando sale una segunda parte del películón "Un día de furia" del Michael Douglas con una escena en el Ikea, sería memorable. Porque sinceramente, creo que un día se va a liar parda en el Ikea.
Aunque parezca que nos lo hemos pasado muy bien, es todo postureo ;).
Tengo el borrador del blog lleno de "entradas interruptus", entradas casi terminadas que acabo por no publicar hasta que acaben pasando mi propio ISO de calidad, pero como eso no acaba pasando nunca, ya sea por falta de tiempo, de talento para escribir, de inconformismo o de todo a la vez, aquí va una que tenía guardada desde hace tiempo. Con casi dos meses de retraso, aquí tenéis la crónica del Campeonato de España de Flag Open en Calatayud.
Hasta ahora no he escrito nada relacionado con el Football,
lo que en otra parte de mi vida ocupaba gran parte de mi tiempo, espacio y
preocupaciones, lo primero en lo que pensaba mi mente cuando me evadía, ha
pasado ahora a ser algo residual. Sigo siguiendo en la distancia lo que le pasa
a mi equipo (después de estar casi 20 años no me sale llamarle "Ex")
y al football nacional, y sigo jugando y manejando los hilos del equipo de
football flag Open de Búfals. Pero ya no es lo mismo.
El pasado sábado 7 de Junio disputamos, si no me falla la memoria,
nuestro cuarto campeonato de España de Flag desde que disputamos el primero en el 2001 (el flag football es una variante del fútbol americano, que se juega 5 contra 5 y en la que no hay ningún tipo de contacto, y que se usa sobre todo para formación),
y díria que en todos los hemos clasificado para semifinales, lo que no está
nada mal. En todos hemos perdido las semis, y en todos ellos tuvimos opciones
de pasar a la final hasta la segunda mitad de los partidos. Es más, creo que en
todas las ediciones hemos perdido con el que a la postre ha sido el campeón.
Pero últimamente el nivel del football flag en Cataluña y España ha subido
muchísimo, y para esta ocasión no habíamos logrado plaza al quedar terceros de
Cataluña y sólo haber dos "slots" disponibles. Finalmente el
representante de Galicía declino participar, y nos adjudicaron su plaza,
dándonos la oportunidad no ya de ganar, sino de vivir un gran experiencia, como
siempre que hemos asistido. La mayoría de los componentes del equipo somos unos
"puretillas", a los que estas aventuras de fin de semana
desplazandonos para ir a jugar estos torneos, nos hace sentirnos de nuevo como
unos jovenzuelos.
Lo que pasa siempre la semana de antes me la sé de memoria,
por eso cada vez me lo tomo con más filosofia. Hasta última hora no se consigue
consolidar el equipo, y hasta última hora no sabemos 100% si vamos a poder
participar porque la gente no se acaba de decidir. Es como tener toda la casa
desordenada pocas horas antes de que te vengan los invitados, y justo cuando
cuando entran por la puerta acabas de guardar la última cosa que tienes por
medio en el cajón, o acabas de barrer el último trozo de porquería y lo metes
debajo de la alfombra. Por momentos no teníamos equipo, pero moviendo ficha
conseguí que pudieramos acudir a la cita para estar al comienzo del primer
partido con los suficientes efectivos como para poder afrontar el torneo con
garantías de no morir bajo el sol abrasador de Calatayud. Suerte que tantos
años jugando y entrenando gente, me da una agenda bastante amplia para ir
buscando sustitutos a las bajas en estas ocasiones.
El torneo se disputaba durante todo el sábado, Calatayud no
está muy lejos, por lo que algunos se fueron el viernes para dormir allí, pero
la gran mayoría viajabamos desde Barcelona el mismo sábado. Después de varios
incidentes propios de un vodevil, conseguimos salir la mitad del equipo en un
coche, con continuas bromas por whatsapp a los que ya estaban allí de que no
ibamos a llegar a tiempo para el primer partido. Es lo que tiene hacer las
cosas sin presión, y sólo con las ganas de pasarlo bien. Para variar, llegamos
justos de tiempo, el suficiente para cambiarnos y calentar un poco, no mucho
más.
El torneo lo disputaban nueve equipos de las diferentes
comunidades, clasificados en sus respectivas ligas. Había tres grupos de tres
equipos, que jugaban una primera fase en la se decídían las posiciones para la
fase final. Los primeros de cada grupo, se disputarían por la tarde el título,
los segundos las posiciones del 4 al 6, y los terceros del 7 al 9. Después del
sorteo, quedamos encuadrados en un grupo con Madrid Capitals, y Mollet
Dolphins, siendo el primer enfrentamiento entre Capitals y Dolphins, tocándonos
a nosotros descansar. Dolphins se impuso
con más problemas de los esperados a Madrid Capitals, y como nuestro primer
partido tenía que ser contra el perdedor, nos tocaba debutar contra Capitals,
equipo del que sólo teníamos las referencias de verlo en el enfrentamiento
contra Dolphins. A priori el partido pintaba igulado y teníamos posibilidades
de ganar, pero al final no pudo ser, en unos primeros minutos desastrosos se
nos fueron las posibilidades de ganar. Nada más comenzar nos anotaron dos veces
consecutivas, debido a una mala elección de la defensa. Dicen que los
experimentos se hacen con gaseosa, y nosotros el experimento lo hicimos con
material explosivo….y nos explotó en las manos. Comenzamos defendiendo al
hombre, cuando toda la temporada hemos jugado en zona. La mayoría del equipo
somos veteranos, y no tenemos la suficiente velocidad para cubrir al hombre a
gente mucho más joven. En la segunda parte ajustamos la defensa, y desde entonces
estuvo igualado, pero sin margen para remontar. Se notaban que ellos habían
entrenado, y nosotros, como siempre, nos presentamos con lo puesto. Ni que
decir que los madrileños fueron justos vencedores.
(Fotos cedidas por FEFA España)
Tocaba jugarnos con Dolphins la clasificación a la siguiente
ronda, pero necesitabamos ganar, y además hacerlo por un margen amplio para
quedar primeros en el triple empate. Jugamos bastante mejor y por momentos
pusimos en muchos aprietos a Dolphins, bajo la atenta mirada de los Capitals,
ya que su clasificación pasaba porque ganaramos nosotros. Pero Dolphins es uno
de los grandes dominadores de la Lliga Catalana, con jugadores muy jovenes y
mucho más rápidos que nosotros. Y por supuesto más entrenados, ya que nosotros
sólo nos juntamos para los partidos, y ya que casi que nos cuesta juntarnos
para la cervecita de después.
Así que después de una primera fase bastante pobre, en la
que cometimos numerosos fallos y en la que estuvimos lejos de nuestro nivel
durante la temporada, quedabamos relegados a jugar por los puestos del 7 al 9.
Particularmente jugué de pena, no atrapando balones fáciles que no suelo
fallar. A pesar de los refuerzos con dos jugadores no habituales y que
cumplieron perfectamente, notamos en exceso las bajas de jugadores importantes
esta temporada como David Abelardo, Ian Escoda y Enrique Fernandez
"Chacho".
Tocaba comer y descansar un rato, antes de afrontar los dos
partidos de la tarde. Fuímos al bar de las instalaciones, que estaba repleto de
gente de todos los equipos y categorías, ya que se disputaban también las
finales infántiles y femeninas. En el bar no daban abasto, y yo creo que
hicieron caja para todo el año.
Aún con el bocadillo dando vueltas en el estómago, tocaba
jugar el primer partido contra otro equipo de Madrid, Los Cuervos. Pese al
calor reinante, comenzamos el partido fríos, lo que ellos aprovecharon para
ponerse por delante. Pero a partir de aquí comenzamos a dar nuestra mejor
versión de nosotros, para darle la vuelta al marcador y acabar ganando con
relativa facilidad. En este partido si que se notó nuestra veteranía, y pese a
que ellos tenían buenos mimbres para el equipo, se les notaba inexperiencia,
que a la postre marcó la diferencia. Esta vez si que conseguí entrar en el
partido y jugar bastante bien en defensa y conseguir alguna recepción y buenas
carreras.
(Fotos cedidas por FEFA España)
Nos jugabamos el séptimo puesto contra Gijón Mariners,
curiosamente el campeón de la edición de hace tres años donde fue nuestra
última participación en un campeonato de España. En aquella ocasión nos ganaron
en semis después de ir ganando hasta los instantes finales de la primera parte,
después nos vinimos abajo físicamente. Tanto ellos como nosotros estabamos ya
cansados y nos dedicamos a hacer pruebas y acabar de manera digna el torneo.
Debido a una lesión de nuestro QB titular (el que lanza el balón para los poco
avezados), tuve que jugar casi todo el partido en esa posición, me lo pasé bien
haciendo algo diferente. Aunque el partido estuvo igualado, finalmente se
impusieron ellos, obteniendo la séptima plaza, y dejándonos a nosotros la
octava posición, que visto el nivel del campeonato es la que nos merecíamos.
Tenemos potencial para hacer más cosas, pero es un juego muy táctico, en el que
la preparación y ejecución de las jugadas es muy importante, y nosotros jugamos
por perro viejo. Bastante hacemos para sorpresa de algunos, que no entienden
como siempre podemos estar en la pomada y en puestos delanteros sin entrenar un
sólo día.
El campeonato servía también para confeccionar la selección española de Flag que iba a jugar el mundial de este año en Israel, mundial que finalmente no se ha celebrado debido al triste conflicto que se vive ahora en ese país. Ninguno de nuestro equipo fue seleccionado, a la mayoría de nosotros se nos ha pasado ya el arroz, y más en un deporte tan explosivo.
Terminados los partidos, nos fuímos a bañar a la piscina
municipal que había en unas envidiables instalaciones, con un campo de cesped
con gradas, dos campos más de cesped artificial y un pabellón. Al principio la
mayoría eran reticentes a pegarse un baño, más pensando ya en volver a casa,
pero finalmente les convencí para darnos un baño que fue rejuvenecedor en todos
los aspectos, el fresquito del agua nos mitigó el dolor de 4 horas de partidos,
y nos hizo sentirnos como adolescentes jugando en la piscina, acompañados de
otros equipos que son más jóvenes que nosotros. Cuando ya nos íbamos a ir,
vimos que en el pabellón había montada una cena para los participantes previa
inscripción antes de la celebración del torneo, de la que nadie nos había
informado. Gracias a los contactos, conseguimos poder cenar y así poder ya
emprender el camino de vuelta sin tener que parar más que lo indispensable.
Últimas fotos, y nos encaminamos de nuevo a Barcelona, en
una jornada en que lo más puretillas del equipo nos alejamos por unos momentos
de nuestas preocupaciones y
obligaciones, sintiéndonos jóvenes por unos instantes, poniendo rumbo a
nuestra casa y volver a nuestra realidad, con sus preocupaciones y
obligaciones, y por supuesto nuestras familias y nuestra felicidad.
Todos tenemos días en que te esfuerzas, intentas hacer las
cosas bien, y en cambio no paran de caerte palos por todos lados. Días en que
dices, si no me he saltado ni una "puta" coma del "puto" guión
que me han dado, si he caminado por la línea que me han pintado en la vida sin
salirme ni un milímetro, y en cambio las balas y las ostias vienen desde todas las
direcciones sin ni siquiera haberle declarado la guerra a nadie.
Días en que dirías "al diablo con todo", no, mejor
decir días en que mandarías todo "a la mierda" y alguno "a tomar
por culo", que suena más contundente, y sobre todo es más liberador. Y
cuanto más alto lo digas y más lo exteriorices, mejor, no es bueno guardarse nada
dentro, que sino un día sale todo de golpe. Y el que no tenga un día de esos
que levante la mano. Ya me lo imaginaba, la han levantado casi todos, y el que
no la ha levantado porque va de la vida es maravillosa y yo no tengo de esos días, que la levante también, no sufras,
ahora nadie te está mirando y no hace falta tener que quedar bien
delante de todo el mundo, que para eso está ya el facebook y el postureo (y que
conste en acta que aquí me incluyo yo el primero).
En esos días, en la radio de mi cabeza siempre suena una canción
de Lucas Masciano: "Locos de Atar", que en el estribillo lo resume
todo: "No funciona haciéndolo bien, probemos con hacerlo del revés".
Cuando tengáis un día así, ponerla a todo trapo, y entreteneros un rato en
fantasear haciendo todo del revés, rompiendo normas y mandando de paseo a las
antípodas a más de uno. No os solucionará el día ni vuestros problemas, pero os
ayudará a pasar ese momento de ofuscación transitoria.
Pero me gusta creer en la justicia poética (me encanta la
combinación sonora y de significado de estas dos palabras), en el efecto
boomerang de las acciones en la vida, o el Karma como le llaman algunos. En que
si tiras una piedra hacía arriba acaba cayéndote en la cabeza, o que si la
tiras de frente, como la tierra es redonda te acabará dando en el cogote. Por
eso al final quizás haya que decir: "No funciona haciéndolo bien, probemos
con volver a hacerlo de nuevo mejor".
Mis cuñados se casaron el pasado viernes, es decir, ya son "oficialmente cuñados". Como pequeño regalo les he hecho este pequeño vídeo, muy cortito pero intenso. Espero que les haya gustado, lo he hecho con cariño.
Da la casualidad de que ha coincido con mi aniversario de bodas, así que aprovecho la entrada para felicitar a mi mujer por aguantarme tantos años. Doce años después no podía tener mejor celebración que esta foto:
Y cerraré la entrada con la canción que cerró nuestra boda, y que era con la que su hermana quería cerrar también la suya, pero por error del discjockey no fue posible. Aquí la tenéis.
"Que tinguem sort" de Lluís Llach, cantada en esta ocasión con Pedro Guerra. Preciosa canción y preciosa letra.
Patri y Victor: "Que tinguem sort".
Aquí tenéis la letra de la canción, además de la traducción en castellano:
Esta vez no hubo problemas técnicos, ni olas de 6 metros, ni monstruos marinos, ni
tiburones al acecho de triatletas envueltos en neopreno. Así que la crónica será menos emotiva y menos larga que la del año
pasado, lo siento. A veces las victorias son más aburridas que las derrotas,
quizás por eso las películas con dramones tienen más éxito. Lo que si hubo
fueron muchos nervios previos, mucho disfrute durante la carrera, un pelín de
sufrimiento en los últimos km's del running, y muchas emociones vividas durante
toda la jornada, que viajaran conmigo a lo largo de mi vida.
Como el año pasado, había que volver a hacer malabarismos
con la preparación, como el malabarista que hace el
espectáculo de hacer rodar los platos encima de unos palos, que tiene que estar
constantemente moviéndolos para que no se caiga ningún plato. Como el camarero que tiene que atender varias mesas y llega a veces tarde. Prometo que he intentado estar en todos los sitios, aunque no siempre lo haya conseguido.
Acudíamos a la cita con una versión mejorada 2.0 de
triatleta globero, con unos cuantos kg's de menos, más madurez triatlética a
base de muchas horas, de madrugones, de aprovechar cualquier hueco para
entrenar, a base de cambiar ocio y dormir por horas de entreno. Cuando era
entrenador de Fútbol Americano, siempre les decía a mis jugadores que para ser
un buen jugador hay que empezar por parecerlo, y para ser un buen equipo
también había que parecerlo, así que intenté aplicarme esa máxima, perdiendo
peso para no parecer un lomo embuchado dentro del mono de triatlón. El nuevo
mono del club me lo había probado en Navidades para encargarlo, y creo que si
hubiera salido a la calle vestido con él, alguien me hubiera llevado y servido
de comida navideña para varios comensales en algún hogar. Aún recuerdo la cara del dependiente cuando le dije que quería una talla M, pues sí que pasa?, pensé.
Tener los deberes hechos era el primer paso para conseguir
el objetivo, y hacerlo sin tener que sufrir. Sabía que hay una parte que no
puedes controlar, estado de la mar, problemas técnicos con la bici, un brote de la espondilitis, no
encontrarte malo el día de la prueba y mil cosas más, pero por lo menos cumplí
con mi parte del trato: parafraseando a Luís Aragones se trataba de
"entrenar, entrenar, entrenar….y después entrenar".
La última semana se hace muy larga, me dediqué prácticamente
toda la semana a hacer series en piscina de 2.000 m y 1.500 m para encontrar la
respuesta a mis miedos en el agua, respuesta que no encontré, pero si que me
ayudó a darme confianza. La bici la había llevado de nuevo al mecánico para que me cambiara por si acaso la cubierta, que tenía una pequeña raja desde la última salida. El tema de la bici me había convertido en un maníaco, cada vez que me hijo pequeño se acercaba a mi bici me ponía de los nervios: "hijo, dale un pelotazo a la tele si quieres, pero la bici ni mirarla".
Llegado el jueves por la tarde me viene un buen
resfriado y no paro de estornudar, el viernes volviendo del trabajo no me
encuentro nada bien, y comienzo a pensar "no puede ser verdad, no puedo
poner enfermo ahora", pero dicen que es mejor encender una vela que
quejarse de la oscuridad, así que comienzo a medicarme para
estar lo mejor posible el Domingo. Al final no me influyó mucho, sólo en ir con
el moquillo colgando todo el rato y en tener que toser a ratos debajo del agua
mientras nadaba.
Por fin llega el sábado y subimos a primera hora para
Calella con la family, tenía ganas de llegar y ver el estado de la mar, llevaba
un año obsesionado por este tema después de la experiencia del año pasado: nota mental, la próxima prueba que
haga la hago en un lago y a tomar por culo. El año pasado me pasé toda la
semana mirando el tiempo que iba a hacer, total para nada, así que este año me
había propuesto no mirar nada del tiempo, lo que tuviera que ser ya me lo encontraría
allí. Esta vez el mar estaba en relativa calma, y había previsión de buena
climatología para el día de la carrera, que al final no fue tan bueno. Llegamos
a Calella y me voy a recoger el dorsal a la expo, mientras mi familia se va a
dar un paseo por la playa y por el pueblo. Allí me voy encontrando con varios
componentes del equipo con los que comentar la jugada, mientras veo el tinglado
que tiene montado Ironman con su merchandising, con cosas muy chulas pero muy
caras.
Vamos al briefing, explican unas cuantas cosas de la carrera, nada nuevo excepto que no van a permitir entrar a la meta con familiares, cosa que me molesta bastante, que más les dará?.
A mediodía voy a comer con mi mujer e hijos y
pasamos un rato distendido, ver que el estado del mar es bueno me da bastante
calma para afrontar la prueba y me quita bastantes nervios. Después de
descansar un rato en el hotel y preparar las bolsas para las transiciones, nos
vamos para boxes. Dejo las cosas, lo repaso todo unas cuantas miles de veces, y
luego me voy a hacer unas cuantas fotos frikies en la salida de la natación con
los logos de Ironman por todos lados, el logo era como un imán para las fotos para todo el mundo.
Cuando no faltaba mucho para que cerraran
boxes me llama mi primo, que también debutaba en la distancia, y me dice que
justo antes de entrar la bici a boxes a pinchado al hincharla, y si le puedo
echar una mano. Voy para allí y me lo encuentro cubierto de grasa, con la rueda
pinchada, sin herramientas y con sus cinco hijos dando vueltas alrededor. Yo, y eso que suelo tener paciencia, en
su lugar me hubiera puesto de los nervios, pero por suerte es un tío tranquilo.
Después de intentarlo, le digo que mejor que vayamos a dejar la bici a boxes,
puesto que sin herramientas era muy complicado hacerlo, a parte de que tenía
pinta de que la cámara no tenía la medida correcta, a ver si alguien nos puede
dejar algo, pero cuando llegamos nos dicen que los boxes ya están cerrados, que
la única solución es llevar la bici al día siguiente a las 5:20 de la mañana!.
El escenario no era precisamente el ideal, eran las 7 de la tarde y tenía que ir a algún sitio a que le cambiaran
la cámara, volverse con toda su familia a Barcelona, y después irse a dormir a
casa de un amigo en Mataró para estar a las 5:20 en boxes!. Sinceramente en ese
momento lo vi todo muy negro y me sabía muy mal por él. Después de eso fui con
mi familia a ver un rato el fútbol, que a mi me importa un pimiento, para
después ir a la pasta party, donde habíamos quedado con la gente del equipo,
este año no me la quería perder, a parte de que es un ahorro. La jugada nos
salió bastante bien, los niños no pagaban y yo tampoco, sólo mi mujer tuvo que
pagar 5 euros. A parte del ahorro, fue muy bien para pasar un rato distendido
con mis compañeros, y ver que no era el único con preocupaciones por la prueba.Terminamos de cenar y después de otras pocos fotos frikies al
lado de cualquier logo Ironman, nos fuimos para el hotel. Yo creo que si la tapa del water de la expo tuviera el logo de Ironman, nos hubiéramos hecho un "selfie" cagando.
Quería estar cuanto
antes en la cama para dormirme, que para mi siempre es mucho peor que la
competición en si. Había estado relativamente tranquilo todo el día, pero fue
meterme en la cama y dispararse la pulsaciones y los nervios, no me podía
dormir. Comienzo cada dos minutos a decirle a mi mujer que no puedo dormir,
sabiendo de la situación, por esta vez fue comprensiva y no me mando a la
mierda. Me recordaba a mi hijo mayor, que muchas veces comienza con el "no
me puedo dormir", y yo le contesto que cuente ovejitas y deje de dar por
saco!. Por momentos me vienen los típicos pensamientos de "quien me manda a mi meterme en estas cosas", pero en esos casos siempre me acuerdo de una frase que leí hace un tiempo: "sueño abandonado, pesadilla cumplida". Al final no sé como, pero me dormí, no se cuantas horas serían, pero no
muchas.
Antes de que sonara el despertador a las 4:30 ya estaba despierto,
me pego una ducha y preparo lo poco que me tengo que llevar para la salida:
neopreno, gafas de natación, vaselina, chanclas, una toalla para secarme en la
transición y algún gel y barritas por si acaso. Bajo a desayunar y el comedor está lleno de triatletas, la mayoría
van en grupo. Sólo desayuno dos panecillos y vuelvo para la habitación, cuanto
antes llegue a boxes mejor, no quería ir con prisas y evitar sorpresas como el año pasado. Repaso y vuelvo a repasar todo lo que me tengo que
llevar, me despido de mi mujer y me voy para boxes. Mi hotel estaba justo
delante de la salida de la natación, por lo que justo tenía que hacer los 1,5
km en paralelo para llegar hasta boxes. Esta amaneciendo, el día es
espectacular y el mar parece una piscina: mi día soñado en el día que quería
cumplir un pequeño sueño. Ya en boxes vuelvo a repasar otras mil veces que esté
todo en orden y que la bici tiene las ruedas bien hinchadas. Me pongo vaselina para evitar los roces,
y me disfrazo de nadador para ir caminando con tiempo hacía la salida, otra vez
el 1,5 km en paralelo de la natación. Camino de la salida, aprovecho para irme comiendo un plátano, esta vez no había visto a nadie del equipo en boxes, pero por el camino me pongo a charlar con otro triatleta, comentando lo bien que está el agua y alguna cosa del circuito de bici, con lo que el camino se me hace corto y ameno.
Al llegar a la zona de salida de la natación ya comienzo a encontrarme a gente del equipo, y me llevo la alegría de ver que mi familia ya estaban allí para verme salir. Nos hacemos unas cuantas fotos, y aprovecho para meterme un momento al agua para calentar, que más bien acaba siendo para enfriar!, por mucho neopreno que lleves, 15 grados se notan. Nada más sentir la sensación de frío del agua me comienzan a venir los nervios de otras ocasiones, pero como ya contaba con eso no hay problema, sé que la solución es nadar unos minutos hasta que se va esa sensación de agobio. Salgo y ya siento que estoy listo, para afrontar los 113 kilómetros por mar, montaña y tierra que tengo por delante. Mientras espero a que llamen a mi grupo de edad a la cámara de llamadas, mi hijo mayor no para de darme abrazos, supongo que si a mi ya me daban respeto los 113 km's, a un niño más todavía. Finalmente me toca irme para la cámara de llamadas, y últimos ánimos entre los compañeros: Carlos, compañero de club me dice que mi amigo y compañero de club David Sans me tiene preparada una sorpresa para la carrera. Me despido de mi familia, y recibo un último consejo táctico de mi hijo pequeño: "Papa, para nadar más rápido, ve tirándote pedos", le doy un beso y le digo que lo tendré en cuenta.
Así que allí estaba yo de nuevo con los pies hundidos en la arena un año después, con mis miedos, mis inseguridades, y por supuesto, mis cojones. Justo antes de dar la salida, ponen el sonido de unos latidos de corazón que le dan entre un toque épico y macabro al asunto. Bocinazo de salida: esta vez no quería cometer el error del año pasado, quedándome como un tonto delante del agua esperando a que saliera todo el mundo, así que miré de salir con el grupo, aunque evitando el meollo y los golpes.
Los primeros 200 metros se pasan rápido, aunque voy sin poder nadar cómodo con tanta gente. Ya pasada la primera boya, consigo encontrar mi espacio y poder nadar tranquilo, aunque me agobia un poco el tener las gafas un poco empañadas y no ver más que brazos que se mueven y poco más, aquello parece un mar lleno de atunes. Desconecto y me pongo a redactar mentalmente parte de la crónica, esperando que pasen los metros brazada a brazada. En este segmento siempre me pasa que desconecto tanto que pierdo la noción del tiempo y la distancia, y aunque el reloj vibra cada 100 metros, no llevo la cuenta. Lo de abstraerme se me da bastante bien, que se lo pregunten a mi mujer ;).Esta vez el circuito esta bastante bien señalizado, con una boya amarilla numerada cada 250 metros y una boya naranja entre medio de las amarillas. No es hasta pasado la mitad del recorrido que no comienzo a fijarme en la numeración de las boyas y a hacer cálculos de lo que me queda. Cuando llevaría unos 1.200 metros, un nadador no para todo el rato de cruzarse delante de mío, y al poco otro se pone al lado, haciéndome un bocata de triatleta. Pienso, que no habrá mar que tengamos que estar todos tan juntitos!, después de un rato así aminoro la marcha para dejarlos pasar y poder seguir nadando tranquilo. Pero al cabo de poco rato, me pasa un nadador al lado como una exhalación justo en el momento que iba a respirar para ese lado. Trago bastante agua, y por un momento pierdo la tranquilidad y tengo que concentrarme bien en la respiración y la brazada hasta volver a la calma. Unas cuantas brazadas después deduzco que ya queda poco y veo una boya amarilla que pensaba que era la última, pero no, faltaba una más, no pasa nada, a seguir nadando que ya llegaremos. Doblo la última boya y aprieto un poco para salir cuanto antes, tenía ganas ya de coger la bici. Salgo y tengo curiosidad por ver el tiempo, no tenía ni idea de como iba. Miro el reloj y veo 43 minutos ( tiempo oficial 44m:43s), 7 minutos menos que el año pasado, la inversión en horas de piscina habían dado sus réditos. Salgo y veo a mi familia que había venido a animarme otra vez, mientras me intento quita la parte de arriba del neopreno, que me cuesta más de lo normal porque tengo el manguito rotador del hombro roto desde hace muchos años, cuando jugaba en categoría junior, y tengo una movilidad limitada que me impide quitármelo con soltura.
Entro en la carpa para cambiarme y me noto que voy muy alto de pulsaciones, así aprovecho para bajarlas mientras me acabo de quitar el neopreno y cojo las cosas de la bici. Esta vez quería ir más rápido que el año pasado, que me puse el culotte, maillot, guantes, me comí un plátano, y sólo me faltó hacerme las uñas. Uno de la organización me ayuda guardándome el neopreno en la bolsa, y salgo a por la bici con la sensación de que me dejo algo, pero no, esta vez no me dejé nada. Me monto en la bici, y me pongo a toquetear el reloj para poner el modo de la bici, pero me lío y le doy tantas veces que se me queda en modo running. Por culpa de estar mirando el reloj, casi me la pego con uno que se había quedado parado, así que opto por dejar el reloj como está y centrarme en la carrera y dejarme de tonterías. Los primeros km's saliendo de Calella me encuentro un poco frío, no consigo encontrar un buen ritmo y no para de pasarme gente, como siempre vamos, yo creo que el día que comience a pasar gente en la bici se acaba el mundo. Quería disfrutar de la bici, y a eso vamos. Los primeros km's pasan rápido y enseguida ya estamos comenzando a subir a Collsacreu. Tengo muchas ganas de mear, y tengo una duda existencial triatlética: "parar o no parar" a mear. Como lo que quiero es disfrutar y no competir (intentar no llegar el último se considera competir?), opto por parar e iniciar cómodo la ascensión. En esta parte de la carrera mi posición ya se ha estabilizado, prácticamente ya no me pasa nadie (tampoco quedarían muchos por detrás, aunque hay que tener en cuenta que salí en la penúltima ola, y la última ola sólo era la de relevos), y tengo a la vista un par de triatletas con los que comparto visualmente la subida hasta Collsacreu. Me lo estoy pasando en grande, es un puerto no muy duro y que se deja subir bastante bien. Finalmente llega el final del puerto, y mientras me estoy concentrando ya para coger el avituallamiento líquido que había, aplicando el truco de tirar un botellín viejo y coger uno de la organización para tenerlo de recuerdo, veo que está mi compañero de equipo David Sans animándome, me da una gran alegría. Comienza la bajada y a disfrutar como un enano, es una bajada bastante tendida y se puede hacer muy bien, aprovechando rápidamente para devorar km's e irme acercando al objetivo. Casi sin darme cuenta ya estamos pasando Sant Celoni y comenzando la subida al Montseny. Justo al inicio de la parte más dura del circuito, oigo un triatleta que comienza a cantar el "Highway to Hell" de AC/DC, que mejor canción para la subida. Al poco pregunta cuantos km's de subida son e intercambiamos unas palabras de ánimo. Hacemos la primera parte de la subida juntos, es más entretenido ir teniendo la referencia de alguien y se hace más llevadero. Justo después de un pequeño descansillo, en la segunda parte de la subida veo a un triatleta que me llama la atención con una bici que no es de carretera, con casco del decathlon y bambas de correr en lugar de zapatillas de ciclismo, cuando paso al lado veo que es mi primo!. Rafa? que alegría verte!. Me explica entre jadeos que al final había podido solucionar lo de la bici, y que lo habían puesto en una salida anterior a la mía (habíamos dicho de hacer la natación juntos, ya que en principio salíamos en el mismo grupo de edad). Nos deseamos suerte y le dejo con una gran alegría porque el primer corte de la bici lo va a pasar (por suerte nada bastante bien), aunque sabía que le iba a tocar sufrir bastante para terminar. Él casi no entrena la bici porque no dispone de tiempo, y en un reconocimiento del circuito que habíamos hecho juntos un mes antes de la prueba, lo había pasado mal, no es un circuito fácil.
Ya en la última parte de la subida al Montseny me pasa una
cosa bastante curiosa, a lo lejos veo un triatleta con la cabra, y casco aero
haciendo eses en el asfalto, algo no me cuadra. Me veo voy acercando y veo que
tiene unas "piernacas" impresionantes con el símbolo de Ironman
tatuado en un gemelo que es como mi pierna, cada vez lo entiendo menos. Lo paso
bastante fácil, me giro por curiosidad, y veo que es un guiri que pasaría de
los 60 años, ya me extrañaba a mi. Pero al poco me pasa otro triatleta con la
bici de carretera del decathlon de 300 euros y con bambas de correr, me encanta
el triatlón!. Por fin corono el Montseny con mucho margen del tiempo de corte,
el comienzo de la bajada es muy peligroso y técnico: curvas muy cerradas y
carretera con muchos baches. Tengo que ir con mucho cuidado y frenando
constantemente en las curvas para no salir volando montaña abajo y parecer E.T.
en la escena de la película que va encima de la bici. Esta parte de la carrera es casi todo bajada, por lo que
aprovecho para ir quemando kilómetros aumentando bastante la media, y así poder
terminar la bici en menos de 4 horas, que era mi objetivo secundario. Sigo
disfrutando mucho de la bici, y sin darme cuenta ya estoy de nuevo en la última
subida a Collsacreu por el otro lado por donde hemos venido al inicio. Antes de
iniciar la parte más dura, decido volver a parar a mear, con eso me aseguraba
no tener que parar en el running y una cosa que me quitaba de encima. Subo sin
forzar, no quiero sorpresas y aprovecho para seguir comiendo e hidratándome
todo lo que pueda para llegar al running con las máximas reservas posibles. Una
vez llegado arriba del Collsacreu, me encuentro de nuevo a David que se había
esperado a que llegara de nuevo. Me anima y me dice que me va a seguir una
parte del trayecto. Como comienza una bajada bastante pronunciada, y él tenía
que subirse a la bici, lo pierdo de vista, luego me dijo que bajo luego por
otro sitio para evitar problemas con los jueces. Sé que lo peor ya está hecho,
pero no me fio ni un pelo de los pocos que me quedan, el año pasado a estas alturas también todo
parecía controlado. Después de bajar un buen rato, llego a la nacional y paso
por el sitio donde se me rompió el cambio el año pasado con el culo apretado
por si acaso. El tramo de nacional pensaba disfrutarlo al máximo porque
significaba que estaba cerca de terminar el circuito de bici, pero poco antes
se había levantado un viento muy desagradable que dificultaba mucho el pedaleo
y me impidió disfrutarlo como quería. Por fin llego a Calella y aprovecho a
comer un par de dátiles antes de empezar a correr. Justo un poco antes de
llegar a la zona de boxes para hacer la transición, veo a mi familia de nuevo,
esta vez no se me escapa pienso para mi. Tiempo total 4:09h, peor de lo
esperado, pero aún con tiempo de conseguir bajar de las 7 horas en total.
Transiciono bastante rápido, puesto que sólo es dejar la
bici y ponerse las bambas, y me pongo a correr con muchas ganas, llevaba un año
esperando ese momento. Llevo 5 horas
justas de competición, y si hago la maratón en menos de 2 horas, cosa
asequible, bajaré de las 7 horas. Aquí es donde quería estar, aquí es donde
debería haber estado el año pasado. Dicen que la venganza es un plato que se
sirve bien frío, en mi caso se puede decir que después de un año estaba casi
caducado, pero la verdad es que saboreo los primeros kilómetros del running, correr nunca
había sido tan delicioso.
Comienzo a buen ritmo, me encuentro bien y comienzo a pasar
a gente, pero claro, ellos estaban fundidos en la segunda y última vuelta y yo
acababa de empezar. Primer paso por meta, y lo hago a lo grande, aterrizando
sobre la alfombra que hay en la zona de meta porque hay un pliegue que no he
visto. Me levanto de un bote con bastante orgullo y cara de aquí no ha pasado
nada, no estaba para perder tiempo ni simular lesiones como los futbolistas.
Oigo que el público murmulla que no he sido el primero, y desde ese
momento pusieron uno de la organización avisando a los corredores para que no tropezasen.
Después del primer paso por meta me encuentro con mi entrenador que me hace un
gesto de "venga, que vas bien!", intento ver a mi familia por donde
me imaginaba que estarían de nuevo pero no consigo verlos. Por el trayecto de ida y vuelta me voy encontrando con compañeros de club que te animan con gestos de "esta vez si", notas que se alegran de verte en carrera.Ya saliendo de
Calella en dirección a Pineda me viene un poco de bajón, es una zona donde ya
casi no hay animación y se nota. De repente noto que alguien me tira del
dorsal, cuando me voy a girar para ver que pasa (mandar a la mierda a quien sea, vamos),
veo que es David Sans de nuevo, y me cuenta que su idea inicial era hacer parte
de la bici conmigo por si le pasaba de nuevo algo a la bici como el año pasado,
y en ese caso hacer el cambio por la suya, aunque había desistido por si pasaba algo con los jueces. Ya sé que es algo que está prohibido
y que no se puede/debe hacer, pero es algo con lo que no haces daño a nadie y es un
detallazo o no?. David, gracias, tu detalle dice mucho de ti. En esa zona hace bastante viento acentuado por que vas a lado
del mar, comienzo a estar un poco fundido, pero su compañía me distrae. Paso
justo por delante de donde comencé a salir con mi mujer y también al lado del descampado
donde mi padre me enseño a ir en bicicleta, quien me iba a decir a mi que un
día estaría corriendo por allí haciendo un medio Ironman. Los kilómetros pasan
más lentamente, bueno en realidad el que iba más lento era yo, que los km's no
los mueve nadie, pero todavía no se ha encendido la luz de reserva. Ya de
vuelta a Calella nos encontramos a Lourdes, compañera de equipo que comienza a
ir justa de fuerzas. David le dice que se enganche a nosotros, pero declina la
invitación. Como yo en ese momento me encontraba bien de fuerzas, le dije a
David que se quedara con ella que le hacía falta. Voy camino del segundo paso
por meta para comenzar la última meta y de nuevo me encuentro a mi familia
animando desde un chiringuito haciendo su particular avituallamiento, ya queda
menos pero me estaba acercando peligrosamente a mi zona reserva. Inicio la
última vuelta y se nota que ya queda mucha menos gente en el circuito. Me queda
justo una hora para hacer la segunda vuelta y poder acabar por debajo de las 7
horas, en ese momento lo veía aun factible.
Como vas y vuelves por el paseo, me
encuentro de nuevo a mi familia y les digo que me quedan 8 km's y que se vayan
para meta, pero creo que no me oyen. Justo después me viene una rampa bastante
fuerte que me obliga a parar unos segundos para darme un pequeño masaje, por
momentos me vienen los fantasmas de mi primera maratón, donde tuve que hacer
casi caminando los últimos 5 km's por las rampas. Hago repaso de la maquinaria
y opto bajar el ritmo ya de por si bajo, acortando la zancada para evitar las
rampas que están continuamente asomando. En un avituallamiento decido coger
naranjas, pero por no parar se me caen los tres trozos que me han dado (otra
nota mental, en pruebas tan largas es mejor parar en los avituallamientos antes
que pasártelos o que no de te tiempo a hacerlo en condiciones). A partir de
aquí los kilómetros se comienzan a estirar como un chicle, salgo de Calella de
nuevo en dirección a Pineda, y poco a poco mis energías se van derritiendo como
un cubito de hielo, me voy diluyendo como un azucarillo en un vaso de agua
y la amenaza constante de rampas y el
viento que cada vez parece que sopla más fuerte le quitan encanto al momento y
a la situación. Hacía el km 15 me encuentro a David que me está esperando otra
vez como un autoestopista en busca de un triatleta con el que compartir el
viaje, para acompañarme los últimos km's. Comienzo a tener empacho de
kilómetros, el postre se me está atragantando, me lo he pasado muy bien durante
la comida, estaba todo muy bueno pero ya no quiero devorar más kilómetros, que
me traigan la cuenta por favor. Los últimos km's pasan en compañía de David al
son de "vamos Romperalph que ya tienes tu medalla!", con mucho
cuidado de que algún juez nos llame la atención. Ir en "low battery"
me impide disfrutar del todo del momento, no por sufrimiento, sino más por
orgullo e impotencia de tener que ir a un ritmo tan lento. David me dice si
quiero apretar el último kilómetro, pero prefiero que no, ya hace unos
kilómetros que se que se me va a ir el objetivo de bajar de las 2 horas en la
media maratón y de las 7 horas en total, y además voy corriendo justo en el
borde del precipicio de las rampas, quería entrar con dignidad a meta. Últimos
metros y ya está mi familia esperando para darme los últimos ánimos y verme
entrar, pensaba que estaría en las gradas pero se habían quedado fuera para
verme desde el otro lado. Después de 7 horas "non Stop" encaro los últimos metros por la alfombra, tanto
tiempo esperando ese momento y me quedo en blanco de sentimientos, sólo sentí
un ligero estremecimiento de satisfacción justo antes de entrar en meta al pensar en
que ya estaba hecho. No poder entrar con mi familia le quitó mucho encanto al momento, hay un momento de la vida en que tú ya no eres tú, yo sólo soy una pequeña parte de mi yo, la otra parte la forman mi familia: esa meta la deberíamos haber cruzado todos.
Al final, un total de 7:08 de la parte menos dura de todo el medio Ironman, la prueba en si. Una vez acabas, en la carpa después de meta había todo un festín propio de Asterix y Obelix, con bocadillos, pastas, bebidas, etc. Tenía mucha hambre, pero no tenía el estómago para muchas fiestas, y no me entraba nada, a duras penas me comí un sandwich, que rabia!. En la carpa me encontré con el amigo de mi primo, con quien también había hecho el reconocimiento del circuito un mes antes, y me pregunta por él. Le digo que lo había visto en el Montseny, pero luego en el running no lo había visto y me extrañaba y preocupaba. Después de comentar la jugada con él, salgo fuera para ver a mi familia, los pobres tuvieron que hacer su particular carrera yendo de un sitio para otro para seguirme. Cuando ya había pasado mucho rato desde que había terminado, y ya iba para boxes a buscar la bici, a lo lejos veo como un espejismo un triatleta que parece ser mi primo, a medida que se acerca veo que si que es él, le pregunto si es la última vuelta y con las pocas fuerzas que le quedan, me hace gestos de que si, que ya acaba. Una gran alegría y un gran colofón a la jornada. Sabía que le iba a costar, pero confiaba en que terminara, los Velasco somos gente muy constante, y siempre terminamos lo que empezamos.
Haciendo balance deportivamente hablando, la natación bien,
apliqué la primera "C" del triatlón: Calma. En piscina la distancia
la hago en 6 minutos menos, pero las sensaciones fueron buenas, es una
referencia para saber que en un futuro puedo apretar un poco más y me sirvió
para ir cogiendo cada vez más confianza en nadar en aguas abiertas. La bici
floja, soy un "globero" irreductible y a veces me cuesta diferenciar de una
salida dominguera de una competición,
tengo que aprender a salir más con el cuchillo entre los dientes. Mi mujer me
dijo que tanto cuando salí del agua como cuando llegué de la bici sonaba la
canción de "Happy", yo creo que esa podría haber sido la banda sonora
del tramo de bici, me lo pasé en grande en ese segmento. Y del running acabé
bastante decepcionado, había hecho algunos entrenos con transiciones en los que
me había encontrado muy bien, y me esperaba hacerlo bastante mejor, pero al final
me fallaron las fuerzas y acabé pidiendo al arbitro la hora.
Cuando terminas es como acabar de saltar un precipicio,
miras para atrás y piensas como "cojones" lo he hecho?. Irremediablemente
piensas en un Ironman, pero es una burrada. Me imagino llegando a meta y que me
dijeran:"vamos chavalote, ves todo lo que has hecho?, pues ahora a repetirlo,
y rapidito que sino te cierran el chiringuito".
Hace tres años fui a ver esta prueba, y desde entonces soñé con cruzar esa meta, por eso me apunté al Gavà Triatló. En realidad eran dos sueños, he podido cumplir uno, el otro no ha sido posible, es algo que me guardo para mi.
Al final descubres que el sueño no estaba en cruzar esa
meta, ni ninguna meta. El sueño estaba en el camino, en todas las personas que
he conocido, en todas las experiencias vividas, en todas las montañas
emocionales y físicas que he subido y bajado, el sueño estaba en cada brazada,
pedalada y zancada que he dado. La vida es un sueño, la vida es sueño.
Después de poco más de 4 meses del despegue del viaje a la
Luna, y de varias semanas haciendo maniobras de aterrizaje, hoy por fin he
llegado a la Luna. Esta mañana por primera vez en muchos años he visto el 69 en
la báscula, 12 kg's menos que cuando partimos. Por el camino se han quedado
muchos madrugones, mucho rodillo como un hamster, muchas horas de entreno y un
poco de dieta. Al final, por muchas vueltas que le demos, la maquinaria del
cohete a la luna no es muy compleja: ejercicio y comer sano. Podemos plantear
todas formulas que queramos, pero al final si simplificamos la ecuación es
ejercicio + dieta. Cuanto más aumentemos uno de los dos valores, obtendremos un
mejor resultado.
Pero este realmente no es el destino final, es un pequeño
paso para mi, pero un gran paso para el objetivo final, que es poder finalizar
el Half Ironman de Calella dentro de 3 días y hacerlo dignamente. Ya se acerca
de nuevo la cita, y con ella los miedos e inseguridades, y por supuesto la
necesidad de vencerlas. Yo he cumplido con mi parte del trato, he entrenado
todo lo que he podido, no ha habido ningún día que no haya ido a mi cita con el
sudor y "dissufrimiento" si la tenía programada en mi mente, salvo
causa mayor. Llego mejor preparado y más maduro triatléticamente hablando,
sobre este último mes he notado como las semillas en forma de horas de entreno,
han dado su fruto realizando unos últimos entrenos que no pensé que podría
llegar a hacer.
Pero eso no asegura llegar a la meta, hay muchos factores
que influyen: estado de la mar, problemas técnicos con la bici, problemas
estomacales, etc. Como todos esos factores no los puedo controlar, me he
limitado a hacer todo lo que estaba en mi mano, otra cosa no se puede hacer.
Hace poco leí un artículo sobre los triatletas, que siempre están preocupados
sobre todo lo que puede pasar en una prueba, y que contínuamente viven en un
sinvivir pensando siempre en lo peor. Pero en parte es normal, por lo que veo,
la gente del triatlón son gente muy metódica, y para ese tipo de personas, todo
lo que no se puede controlar les produce mucha deshazón. A eso hay que sumar
que al ser tres disciplinas juntas, hay muchos preparativos y muchas variables.
Yo el año pasado ya supe lo que son los factores externos, se lo que digo.
Aprovecho para pedir disculpas a mi familia, si este último
mes y medio he desaparecido en muchos momentos los fines de semana. Reconozco
que he sido egoísta, prometo que he intentado minimizar el impacto en la
familía a lo mínimo, pero si, he sido en algún momento egoísta.
Ah!, seguro que te estás preguntando si he llevado la bici
al "chapu", pues no, este año la he llevado a otro sitio, puedo ser
gilipollas pero no tonto ;).
Sábado por la tarde, día muy
desapacible y previsión de lluvías para el Domingo. Vienen los primeros
pensamientos perezosos, además tocaba madrugón acentuado por el cambio horario.
Tengo un estúpido sentido del deber, y cuando me apunto o me comprometo a algo
intento no fallar, así que tenía muy claro que salvo diluvio universal, iba a
ir. Domingo por la mañana, acabo de preparar todas las cosas y me voy en bici
para la estación, para no perder la constumbre de mi rutina diaria entre
semana, llego a coger el tren corriendo, dos segundos más y me hubiera tocado
estar media hora congelado y con los nervios de llegar tarde. En el trayecto mi
mente evoca recuerdos de cuando jugaba y me desplazaba a los partidos, sólo que
hemos cambiado un casco y una coraza por la bici. Aprovecho el trayecto para
saborear un momento de tranquilidad, se agradece después del ajetreo de toda la
semana. Estoy muy tranquilo ya que en la prueba de hoy no hay agua,
bueno, llueve pero no hay agua de la que tienes que ponerte un gorrito y unas
gafas y la tienes que nadar. Dos trenes más tarde ya estamos en Cerdanyola, me
subo a la bici y ruedo un par de km's hasta donde se celebraba el duatlón. Esta
vez iba bastante bien de tiempo, busco alguien del Gavà Triatló pero no
encuentro a nadie, éramos 32 del equipo apuntados pero finalmente sólo 9
espartanos nos pusimos nuestra armadura y acudimos a la salida. Veo que ya hay
gente dejando la bici en boxes, así que deduzco que se va a celebrar a pesar de
la lluvia, mejor, ya que he venido quiero hacerlo (mentira, en realidad me
estaba visualizando en una cafetería, calentito, con un cortado y su
correspondiente pastita). Pregunto a alguien de la organización y me dicen que
se va a celebrar, con la diferencia de que se ha acortado el circuito de bici y
en vez de 2 vueltas serán 3, para evitar una subida muy pronunciada con su
correspondiente bajada, que podría ser peligrosa para la carrera. Al poco me
encuentro con Rafa del Gavà Triatló acompañado de un compañero nuevo que
debuta, está espectante como todo el mundo de si se va a celebrar la prueba.
Dejo la bici en boxes con todo
preparado, repaso que no me deje nada, y visualizo la transición, no quiero que
me vuelva a pasar como en duatló olímpic de Banyoles de hace un par de semanas,
donde cogí la bici y se me olvidó ponerme las zapatillas de la bici hasta que
me dí cuenta al cabo de unos metros y tuve que volver (si, lo habéis leído
bien, y si, se puede ser tan despistado). Esto provocó "una serie de
catastróficas desdichas" que hicieron que perdiera el botellín sin darme
cuenta y que se me quedara la rueda de atrás frenada debido al golpe al dejarla
de manera impulsiva en el suelo para volver a ponerme las zapatillas. Lo que
desembocó en deshidratación, rampas, fundimiento de los plomos el resto de la
carrera, y pensamientos de mandar a tomar por culo el duatlón, el triatlón y la
madre que lo parió.
Después de dejar la bici en boxes,
mientras hago tiempo para dejar las cosas en el guardarropía para no pasar
frío, recibo una llamada de Jordi, compañero de equipo que venía de camino, me
pregunta si llueve y si se va a celebrar la prueba. "Claro que si, vente
que no llueve, y así la hacemos juntos", le miento piadosamente. El pobre
se estuvo acordando después de mí toda la carrera mientras llovía. Pero y lo
bien que nos lo pasamos?. Poco a poco nos vamos reagrupando los compañeros del
Gavà Triatló, la mayoría cadetes y juniors. Salimos a calentar un poco y nos
acercamos a la salida. Me alineo con Jordi para hacer por lo menos el tramo de
running juntos, sé que tenemos ritmos parecidos y se agradece no correr sólo.
Que dices, si vas a salir a correr con 400 tíos más no corres sólo…cierto, pero
no es lo mismo.
Dan la salida y todo el mundo sale
al grito de "maricón el último", la primera parte es bajada, para
luego volver a subir hasta el punto de inicio en el primer km, después se
inicia una segunda vuelta de 4 km con un desvío hacía la zona de tierra,
hasta llegar luego a boxes. Los primeros km's los hago bien, a un ritmo entorno
al 4:30, después comienza una parte de subida donde bajo un poco el ritmo, pero
encuentro relativamente cómodo y donde veo que Jordi se queda por problemas con
el gemelo. Poco antes de llegar a Boxes, un corredor que va unos metros por
delante se le caen las gafas sin darse cuenta, el que va justo delante de mí
hace un amago de ir a cogerlas pero pasa de largo, yo también iba a hacerlo,
pero al final opté por hacer la buena acción del día y retroceder unos metros a
por las gafas y esprintar después para poder acercarselas. Finalmente termino
los primeros 5 km's en poco más de 23 min, hago una transición tirando a mala,
pero prefería tardar un poco más y no volver a cometer ningún error. Al
quitarme las bambas y ponerme las zapatillas de ciclismo me empapo totalmente
los pies de agua, pero ni lo pienso y tiro para adelante.
Comienza la parte de la bici en
subida, intento colocar la cala pero no consigo que entre correctamente (ya la
tenía un poco rota). Mientras lo intento, el que va a mi lado me dice que
pierda tiempo en ponermela bien, que no merece la pena arriesgarse. Cuando me
pasa veo que le falta una pierna, va con una protésis. Me imagino que sabía lo
que se decía y pienso que hay gente echa de otra pasta, y que poder hacer
deporte es un privilegio que nunca debemos olvidar. Al poco me pasa Rafa del Gavà
Triatló y poco después alcanzo a un junior del Gavà, con el que hice
prácticamente toda la bici, llegando juntos a Boxes. Se me iba en las subidas y
luego lo pillaba en las bajadas. Las tres vueltas se me pasan volando,
disfrutando como un niño en las bajadas, un circuito muy divertido y muy seguro
a mi parecer, con avenidas amplias y rectas muy largas. A pesar de la lluvia no
tuve ninguna sensación de peligro, aunque yo casi siempre rodé con poca gente,
todo hay que decirlo. Iba con 4 o 5 más, pero como era todo subida o bajada,
iba haciendo la goma con ellos todo el rato. El tiempo de la bici debiéron ser
unos 37 min, porque me hice un lío con el reloj en la transición.
Me bajo de la bici y tengo los
gemelos como piedras, no hay manera de ponerme las bambas, al final no sé ni
como lo consigo y comienzo a intentar correr, pero voy pasito a pasito, como
una muñeca de famosa poseída por el espíritu de "chiquito". Una de la
organización me ve tan mal, que me dice que tengo una ambulancia allí al lado
por si quiero ir, pero evidentemente le digo que no e intento seguir. Poco a
poco voy consiguiendo estirar la zancada y comienzo a sentirme bien. Después de
un trozo de subida, viene bajada hasta volver a la zona de tierra por la que
habíamos corrido el primer sector. Está todo muy embarrado y cuesta correr,
pero disfruto tanto como un niño pisando charcos, consiguiendo ir
progresivamente aumentando el ritmo y poco a poco sintiendome muy bien.
Finalmente veo la meta, ya sólo queda la última cuesta y veo a lo lejos que mi
mujer e hijos al final han venido a verme, me dan una gran alegría, porque al
final es lo que da sentido a toda esta historia, son mi medalla.
Por la tarde tenía partido de flag
(fútbol americano sin contacto, una mariconada vamos ;) ) de la Lliga Catalana
en Granollers. Mi intención era ir en bici hasta allí para así poder realizar
un buen entreno de cara alHalf
de Calella, pero finalmente se suspendió por la lluvia, la verdad, me
hicieron un favor, me había quedado "pajarillo" con el frío y la
lluvia, y sólo pensaba en poder darme una ducha calentita.
Felicitar a la organización, porque
estaba todo muy bien montado, y todos los voluntarios fueron superamables,
animando en todo momento. Lo mejor que se puede decir de una organización es
que todo fluya, todo funcione, sin percibir que está ahí. Y esa fue la
sensación que yo tuve. A la llegada te daban una bolsa con una botella de vino,
un fuet, un par de geles, un gel (de baño), una barrita, etc., que más se
puede pedir?.
Contento en como fue todo, contento porque
pasé un rato muy divertido, y contento porque dicen "el que lo da todo no
está obligado a nada más", y yo lo dí todo. Bueno, vuelvo a mentir, casi
todo, siempre se puede correr y pedalear más rápido, quizás pude haber apretado
más en la bici, pero...que más da??. Para los "frikis" de los
tiempos (como yo), 1:18 h, pero que más da???