viernes, 22 de agosto de 2014

Ikea, la tortura Sueca

Los chinos inventaron hace muchísimos años la tortura china, que consistía en una gota de agua fría que caía sobre la frente cada 5 segundos. Pero los suecos en los últimos años lo han perfeccionado de una manera digamos maquiavélica, no sólo te torturan sino que encima te sacan la pasta.

Ir sólo al Ikea, cosa que nunca he hecho y es raro de ver, debe ser una tortura, pero creo que por lo menos es más introspectiva. Me imagino que te cabrearás, pero será contigo mismo y con el que diseño el laberinto del Ikea. Me lo veo al tío dibujándolo con una sonrisa sardónica, y diciéndose para si, y ahora cuando vayan por aquí y se piensen que estén casi saliendo, los meto otra vez por aquí y que se jodan/sufran un poquito más. Ayer mientras estaba en la mitad del Ikea (eso creo porque perdí la noción del espacio, que no del tiempo porque se me estaba haciendo eterno), vi a una mujer suplicar a una dependienta donde estaba la salida, os lo prometo. Es imposible que en una planta quepan tantas cosas, estoy seguro de que hay truco.

Ir en pareja al Ikea, es ya dar una vuelta de tuerca a la tortura para que sea más dolorosa, como si la gota china en vez de cada 5 segundos sea cada 3. Ahí el cabreo es con tu pareja, el diseñador cabrón del Ikea pasa a segundo plano mientras estás enzarzado con tu pareja en disputas de si eso queda bien o es una mierda, de si "para que quieres eso si es una tontería", de si "para que vamos a comprar algo si ya tenemos algo parecido",  dicen que si sales del Ikea sin cabrearte te dan un premio, pero yo creo que es una leyenda urbana, nadie lo ha conseguido. La única posibilidad es que estés en la fase inicial de tu relación, y te parezca una princesita hasta cuando se tira un pedo.

Y para que hablar de la experiencia de ir al Ikea con críos pequeños, eso es ya casi una experiencia religiosa. Es un tipo de tortura que yo creo que te dan la pistola y te suicidas antes de que comienza la tortura, para que sufrir de gratis?. Eso si, yo doy fe de que los muebles del Ikea están hechos a prueba de niños, ayer mis hijos los tocaron todos. Así que a ritmo de "dejar de tocarlo todo ya de una vez!", "dejar de pelearos ya, que estáis dando el espectáculo!", y el clásico "queréis estar quietos ya!", te vas enervando buscando la salida como quien busca un water cuando está con retortijones y ya no puede más. Al final los castigos "imaginarios" se evaporan cual colonia barata, pero por lo menos sirven para anestesiar el momento y conseguir avanzar hasta el siguiente potro de tortura, digo de sección. Y siempre queda el consuelo de ver algún niño más troglodita que el tuyo, corriendo como un energúmeno por los pasillos con un carrito. Y para acabar de pasar el mal trago, como cuando de pequeño te comías lo que no te gustaba acompañado de pan, dices "la próxima vez que vengamos al Ikea venimos sin niños!", es mentira porque volverás a caer en la trampa, pero te da una absurda paz interior por unos instantes.



En verdad, el Ikea tiene muchas similitudes con la maratón, la "tortura"griega. Comienzas los primeros km's, la primera sección con ganas y con curiosidad por todo lo que te rodea. El tiempo y la distancia van pasando rápidamente ante la novedad. Pasado el ecuador te entra una pequeña euforia pensando que ya esto ya está hecho, que en nada estarás entrando en la meta, saliendo por caja para disfrutar tu frankfurt por menos de un euro. Pero después poco a poco todo se va ralentizando, poco a poco ya no te hace tanta gracia ir corriendo, ir viendo cosas. Hasta que se te van acabando las fuerzas, y llegas al temido muro, allí tu mente sólo piensa en acabar la carrera, en salir por la puta puerta del Ikea. Ya todo te molesta, te da igual la gloria de cruzar la meta, te dan igual los putos muebles, si combinan con algo o son una mierda y la pasta que te vas a dejar, sólo te visualizas entrando en meta con los brazos en alto, saliendo por la puta puerta del Ikea y comiéndote una mierda de salchicha que mejor no saber de que está echa.

Y al final de toda esta tortura, normalmente sólo compras gilipolleces, te dejas una pasta en ellas, y SIEMPRE te has dejado algo por comprar o has de devolver algo y toca volver. Si, por si alguien lo dudaba, me toca volver. Mientras, estoy esperando para ver cuando sale una segunda parte del películón "Un día de furia" del Michael Douglas con una escena en el Ikea, sería memorable. Porque sinceramente, creo que un día se va a liar parda en el Ikea.

Aunque parezca que nos lo hemos pasado muy bien, es todo postureo ;).





No hay comentarios:

Publicar un comentario