Es volver a tener a una vida en tus brazos, en tu corazón,
en tus pensamientos. Es volver a derretirte cada vez que sonríe, es volver a
estremecerte cuando te da un beso o dice Papa, es volver a sorprenderte cuando
tus dedos son su primer juguete, es volver a emocionarte a través de sus
emociones de todas sus primeras veces. Es volver a sentir algo que no puedo o
no se escribir, o igual es que un sentimiento no se puede nunca llegar a
escribir, porque son precisamente sentimientos, no palabras
Volver a empezar, siempre he pensado que hay mucho de
redentor en esta frase. Volver a hacer las cosas pero sin cometer los mismos
errores, sintiéndolo todo más, disfrutándolo todo más. Dicen que uno al final
se arrepiente de dos cosas en la vida: de lo que no ha hecho y de no haber
sentido y disfrutado al máximo lo que ha hecho. La cabezonería, la no
rendición, la suerte, el destino, realmente no lo sé que ha sido, pero lo que
sea que haya sido, por esta vez me ha permitido evitar estas dos cosas. He
hecho lo que sentía y quería, lo que ardía dentro de mí. Y si, lo estoy
disfrutando.
Pero no me gusta ser un hipócrita, detrás de todo, detrás de
la vida de postureo que todos llevamos en que todos aparecemos en fotos
sonrientes y todo es maravilloso, hay un “making off”, una cara B. Hago menos
deporte y tengo más kgs, tengo menos pelo y más canas, he tenido que renunciar
a muchas cosas, a muchos placeres. He tenido que aprender a vivir y disfrutar a
través de la vida de mis hijos, porque ya es la mía. Sientes muchas veces que
no llegas a todo y a todo vas tarde, y tienes que vivir con un nivel de stress
mucho más alto, que te lleva al límite muchas veces, un límite que a veces te
sobrepasa y te convierte por momentos en la persona que no quieres ni deberías
ser. He vuelto a la casilla de salida, y hay veces que piensas que esta partida ya la has jugado, ciertas cosas sientes
que ya no tocan, que ya has estado ahí y que has perdido la ilusión de la
primera vez.
Este volver a empezar me ha traído más vértigo en mi vida,
vértigo porque todo pasa muy rápido, y vértigo de miedo a perder lo que tengo.
Seguramente este vértigo es el precio a pagar. Lo acepto. Y lo pago.
Volver a empezar? Siempre. Que nos quedará el día que no
haya un “volver a empezar”?.
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